Desde Pereira, un colega del trabajo me recomendó el juego plinko para distraerme en las pausas. Me pareció genial porque la caída de la ficha y las probabilidades de premio hacen que cada partida sea diferente. No siempre gano, pero la emoción de intentar adivinar dónde caerá la ficha me mantiene jugando. Además, es rápido y fácil de usar, ideal para desconectar sin complicaciones y para quienes buscan entretenimiento sencillo y entretenido durante el día.